31
años de democracia ininterrumpida
Hace 31 años, concretamente un 10 de octubre de 1982,
Bolivia volvía a la democracia. No hay que olvidar que desde el 26 de
septiembre de 1969 (cuando el Presidente constitucional Luis Adolfo Siles
Salinas fue derrocado por el militar Alfredo Ovando Candia), empieza una serie
de gobiernos dictatoriales que culminan en 1978, cuando el Presidente de facto,
Hugo Banzer Suárez, convoca a elecciones para ese año. Pero tales comicios son
anulados por fraude y se realizan Elecciones tanto en 1979 como en 1980. Estas
últimas elecciones fueron ganadas por la coalición izquierdista Unidad
Democrática Popular (UDP), pero el Golpe del 17 de julio de 1980 que emprendió
Luis García Meza, puso de nuevo a la democracia en un ataúd.
Tras una serie de movilizaciones populares y
descontento generalizado, las propias Fuerzas Armadas deponen a García Meza,
permitiendo que, finalmente, Guido Vildoso Calderón asuma el poder como último
Presidente de facto de Bolivia. Vildoso, respetando el voto popular de 1980, permite
que se reúna el Congreso Nacional conformado según las
elecciones de 1980, y se decide respetar la voluntad popular y designar al
ganador de las Elecciones, es decir, a Hernán Siles Suazo como Presidente,
quien asume el poder ese 10 de octubre de 1982.
Al presente, han transcurrido 31 años
desde ese glorioso día en el cual tenemos una democracia ininterrumpida, donde
los bolivianos hemos buscado soluciones dentro de la Constitución Política para
resolver los problemas que se han generado y así evitar caer al precipicio, justo
cuando estábamos al borde.
Dentro de estos 31 años
de democracia, hubieron graves problemas nacionales, como ser la
hiperinflación, las movilizaciones contra el 21060, protestas contra las
medidas de “privatización” de “capitalización”; hemos tenido la “guerra del
agua” (2000), “guerra de la coca” (2001), “guerra del gas” (2003), además de
los conflictos en Sucre de 2005, los muertos en ese febrero negro de Cochabamba
(2007), La Calancha (2007), Porvenir (2008), por mencionar recuerdos que causan
dolor al país, aspectos que deben hacernos pensar acerca del rumbo que se está
tomando como país.
La democracia no es un fin en sí mismo, sino un medio mediante el cual se
puede conseguir la igualdad, teniendo como pilares el respeto a las opiniones,
la vigencia de las garantías constitucionales, la cultura de paz para resolver
conflictos, entre tantos aspectos que enmarca lo que es democracia. Por
supuesto que un concepto interesante de esto, es el que dio el ex Presidente de
los Estados Unidos, Abraham Lincoln: “democracia es el poder del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo”.
Bolivia ha avanzado bastante en la profundización de la democracia, como
ser el que ahora se tiene una segunda vuelta electoral para elegir Presidente y
Vicepresidente; tenemos la elección de diputados uninominales, elección directa
de alcalde y concejales, de Gobernador y asambleístas departamentales, además
de tener un régimen autonómico que será positivo en la medida en que lo sepamos
direccionar, tanto a nivel departamental, municipal, regional e indígena.
Podemos escribir mucho sobre democracia, pero las palabras no siempre
bastan. Este 12 de octubre, recordamos el retorno a la democracia que, aunque
no es perfecta, es preferible a la mejor de las dictaduras, ya que la libertad
es un derecho innato de todo ser humano y ella sólo se ejerce en un sistema
democrático.