Seguridad
ciudadana: tarea urgente
Paúl Antonio Coca
Suárez Arana. Abogado. abog.paulcoca@gmail.com
De manera constante, la delincuencia azota al conjunto
de la población boliviana, en donde se evidencia el escaso poder de la fuerza
del orden público, del sistema penitenciario, del sistema de administración de
justicia, falencias que concadenadas implican resultados pocos halagadores en
materia de seguridad ciudadana, y se evidencia la escasa presencia del Estado en
nuestras calles.
La seguridad ciudadana no implica tener una Ley que no
se cumple ya que, como reza un adagio popular, “el papel aguanta todo lo que se
escriba”; tampoco significa realizar de manera constante y en diversas ciudades
del país las ya famosas “Cumbres de Seguridad Ciudadana”, en donde las diversas
autoridades se reúnen y si bien llegan a acuerdos, los mismos no se
materializan.
La población es conocedora que el sistema
penitenciario no cumple con el principal objetivo que tiene, el cual no es el
castigar a la persona que cometió un delito, sino es corregirla y enmendarla
para así reinsertarla a la sociedad y que tenga un papel al servicio de ella es
decir, rehabilitar a la persona que ha sido condenada.
En varias ciudades del país, los vecinos no tienen
otra opción que efectuar “justicia por mano propia”, con la cual no estamos de
acuerdo porque no tiene asidero alguno en las normas y prácticas de un Estado
de Derecho, pero es la única opción que tales vecinos tienen para defenderse y
enfrentar a la delincuencia. Otros, optan por cerrar las calles de los barrios
en los cuales viven, lo cual tampoco significa seguridad ciudadana, ya que el
aislarse no es la solución al tema en cuestión, como tampoco lo es que exista
un policía en cada cuadra o que los militares salgan de vez en cuando a las
calles a sentar presencia.
Siempre se han efectuado medidas cortoplacistas, las
cuales están en vigencia mientras la atención de la opinión pública está
latente, pero luego todo vuelve a la (a)normalidad y nadie se encuentra seguro
ni en las calles, ni en el propio hogar.
Fácil sería criticar a la fuerza policial, pero la
realidad que ellos tienen no es de las mejores, ya que los equipos no son los
mínimamente adecuados, y no se puede esperar un cuerpo policial acorde a la
realidad, si los que delinquen están mejores preparados que los primeros.
De igual manera, más que una policía con equipo de
última tecnología, se requiere una población con alimentación y trabajo estable,
en donde no se golpee al bolsillo de los ciudadanos, quienes deben tener ingresos
acordes con la realidad, necesarios para cubrir las necesidades básicas de
alimentación, ropa, gastos del hogar y también el ahorro familiar. A la
delincuencia se la ataca frontalmente generando trabajo y mejores condiciones
de vida para el conjunto de los habitantes.
Nos referimos a que en vez de buscar llenar las
sobresaturadas cárceles, se debe atacar la raíz de estos problemas, y hacerlo a
la mayor brevedad posible, con medidas a largo plazo y que sean sostenibles en
el tiempo ya que, el peor de los casos, sería generar las milicias de
ciudadanos armados que defienden sus zonas, tal como ocurre en México.