¡Esa
elección de 2002!
Paúl
Antonio Coca Suárez Arana
Las Elecciones
Generales del 30 de junio de 2002 fueron, sin lugar a dudas, las mejores que
tuvo Bolivia en lo que va del Siglo XXI, por las razones que detallaremos.
Porque fueron las
últimas donde realmente hubo debates políticos e ideológicos en todo aspecto,
desde el cambio del modelo neoliberal, pasando por la Asamblea Constituyente y,
sobre todo, el cómo solucionar los grandes temas nacionales: narcotráfico,
corrupción, falta de empleo y recursos naturales.
En esos debates,
estuvieron presentes todos los candidatos; cómo olvidar que Evo Morales (MAS)
fue ovacionado en Santa Cruz en el evento convocado por los empresarios cuando
justificaba los bloqueos de carreteras, o la sutileza de Gonzalo Sánchez de
Lozada (MNR) frente a Manfred Reyes Villa (NFR) cuándo éste decía ser el
“cambio positivo” y aquél respondió: “el país necesita un Presidente, no un
Alcalde”.
Porque el pueblo no
confió en las encuestas, sino en su propio voto: El que debía jurar a la
Presidencia, culminó tercero; el segundo fue primero, y quien ni siquiera
aparecía en las mismas en principio, fue segundo. De hecho, se tuvo que esperar
hasta lo último del conteo para saber quién ganó.
El voto siempre
estará dividido entre fuerzas conservadoras (MNR, ADN, MIR, UCS), y las que
buscaban el cambio de sistema (MAS, NFR, MIP, LJ), mostrando que mientras
muchos quieren cambiar de modelo, otros preferirán el statu quo existente.
2002 nos demostró
que no es obligatorio “votar en línea”, sino que las personas pueden apoyar a
un candidato presidencial de determinado partido y, en la parte de abajo, al
que consideren mejor candidatura uninominal para representar los intereses de
la circunscripción, aún sea de un partido diferente al candidato presidencial
que se apoye. Para muestra, basta un botón: la C-50 de Santa Cruz (actualmente
C-51), dio masivo apoyo a Sánchez de Lozada, mientras que, para diputado, el
voto fue para Jerjes Justiniano Talavera y Daniel Valverde Aparicio, dupla del
Partido Socialista (PS).
Porque la
bolivianidad pesó por encima de las amenazas extranjeras. El resultado de 2002
fue el fiel reflejo de la rebeldía nacional, de no ir a votar “con el rabo
entre las piernas” cuando Manuel Rocha, Embajador de Estados Unidos en el país,
amenazó con cortar la ayuda internacional si se apoyaba a cierto candidato.
Finalmente, porque
las Elecciones de 2002 fueron fiesta democrática en las calles, con alegría en
los militantes que apoyaban a las once candidaturas; se tenía una Corte
Nacional Electoral que gozaba de credibilidad y, sobre todo, porque el pueblo
así quiso que sea el proceso electoral pese a la situación económica y social
que se atravesaba.
Publicado en: Hoy Bolivia; El Deber; La Patria.