La Bolivia que se tiene y
la que se viene
Paúl Antonio Coca Suárez Arana
A raíz de los últimos acontecimientos que ha
atravesado el país, se han generado nuevas heridas y profundizado las ya
existentes. Nuestro país no volverá a ser el mismo de antes, en términos
políticos y sociales, principalmente.
Debemos reconocer que las “soluciones” que se han
dado, son políticas y coyunturales, las cuales no dejarán contentas a todas las
personas y sectores; algunos mostrarán satisfacción, y otros no. A fin de
cuentas, no estamos hablando de que se haya realizado un gran pacto o acuerdo
nacional que, a mediano plazo, debería realizarse.
La situación nos ha demostrado que existen
elementos del Estado Plurinacional que no pueden ser borrados, como el tema de
la whipala, que ha llevado a muchos sectores a las calles buscando el
desagravio de la misma, y que ha servido de excusa para otro tipo de protestas;
asimismo, ha salido a flote el componente indígena que no quiere perder
derechos adquiridos en la gestión de Evo Morales, y que, aunque dejasen de
respaldar a éste, seguirán con la idea de la plurinacionalidad adquirida desde
2009.
Existen temas de suma urgencia que deben ser
tratados a la mayor brevedad posible, como el normal funcionamiento de la
Administración Pública, el tratamiento de leyes pendientes, designación de
nuevas autoridades del Órgano Electoral Plurinacional y, sobre todo, la
convocatoria a nuevas Elecciones Generales, con presupuesto para tal efecto, en
el entendido de que si no hay recursos económicos, nada se puede realizar.
Precisamente allí es donde el Movimiento al
Socialismo lleva ventaja, ya que posee 2/3 del Órgano Legislativo y tiene
fuerza en las calles; este aspecto no se puede desconocer y si bien algunos se
están desmovilizando para la tranquilidad y paz social, los más radicales
continuarán con las medidas de presión en las calles y carreteras. Si algo ha
realizado el MAS en el poder, es fortalecer vínculos con áreas rurales y
periurbanas, donde allí posee fuerza.
No debemos desconocer que el MAS todavía posee
presencia en el país, y no dejará pasar cualquier situación para hacer lo que
mejor sabe: presión en las calles y manejar los 2/3 del Legislativo de manera
tajante. Y, por supuesto, no es menor el detalle de que Evo Morales sigue
siendo el líder del partido, que continúa llamando a sus adeptos, y éstos
obedeciéndolo.
Hay que entender que las venideras elecciones no
serán la solución a los momentos de crisis y tensión que estamos atravesando;
que el convocarlas, será un duro proceso; que el MAS tiene 2/3 del Legislativo
y va a buscar imponerse. Es por eso que deben terminar las consignas
partidarias, y que oficialistas y opositores piensen en el país antes que en
intereses partidarios o sectoriales. Sobre todo, el que tiene el sartén por el
mango en dicho Órgano.
Publicado en: Hoy Bolivia; El Diario.